domingo, 28 de enero de 2018

EL ORIGEN DE LOS AGAPANTOS

Hace mucho tiempo en la época en que los dioses aún caminaban entre los mortales, existía una mujer llamada Ágape. Era hermosa y su forma de pensar de algún modo desafiaba a los dioses mismos; ella no creía que había necesidad de adorarlos para encontrar la felicidad. Al principio, esta forma de pensar era irrelevante a los ojos del panteón, ¿Qué podía hacer una sola alma?, ¿A quién de ellos le hacía falta un alma rebelde?...

Los años pasaron y Ágape compartía su discernimiento acerca del amor propio y la felicidad, fue tanta su fuerza que muchos comenzaron a escucharla y seguir su ejemplo; este sentimiento se fue propagando rápidamente como cuando inicia una epidemia, primero uno, luego dos y así exponencialmente hasta que los dioses comenzaron a sentir cómo su poder disminuía y ésto sí llamó su atención, inmediatamente fue citado un concilio para establecer acciones y tomar cartas en el asunto, porque no hay nada peor para alguien - sea dios o mortal-, que perder un poco de poder así no sepan qué hacer con él. Después de un tiempo los dioses llegaron a la conclusión de que Ágape debía ser destruida y que ésto, serviría de ejemplo para cualquier otro que quisiera seguir sus pasos.

Un día cualquiera, cuando Ágape estaba reunida con un gran grupo de personas que habían abierto los ojos y el corazón, uno de los dioses se presentó y dijo: - Yo soy KERS el dios del conocimiento y la sabiduría y estoy aquí para terminar con tu existencia Ágape, ya no podemos aceptar tu forma de ver el mundo y lo que propones. En ese momento, justo cuando KERS estaba terminando de dictar la sentencia, todas las personas que ahí se encontraban comenzaron a rodear, abrazar y proteger a Ágape, KERS miraba la escena con curiosidad, normalmente siempre que un dios se presentaba ante los mortales, éstos lo veneraban, pero aquí era distinto, el amor que se sentía en aquél lugar era puro, sin miedo, sin adoración y KERS entendió y dijo: Ahora lo siento y lo veo claramente, nuestro fin está próximo y aunque otros como yo aparezcan, el tiempo de caminar entre hombres está llegando a su fin, pronto sólo seremos recuerdos y ésto que he presenciado aquí, no puede convertirse en un recuerdo, es por esto que por mi autoridad en el concilio, he decidido cambiar la sentencia. No serás destruída, serás inmortalizada tú y todos los que en este momento te rodean, tú forma cambiará, pero tu quididad seguirá intacta y existirás por siempre. Terminado de decir ésto, KERS transformó a Ágape y a los otros en una flor; una flor particularmente exótica formada por muchas flores que crecían todas desde un mismo origen; una flor que aún en nuestros días existe y que crece por casi todo el mundo; su curioso nombre sólo unos cuantos lo conocen y que desde la antigüedad se le llama "Agapanthus"; que viene del griego agape y anthos, que significan amor y flor respectivamente,  "Flor del Amor" como es llamada por los menos curiosos.


03/18 Jose F Monsalve.


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