sábado, 13 de enero de 2018

BUCLE

A veces las cosas no son lo que parecen, a pesar de esto, lo que parecen es lo que más nos gusta.

Era tarde y regresaba a casa. En realidad no recuerdo bien que tan tarde era, solo sé que era.

La calle estaba oscura y húmeda, caminaba como siempre lo hago cuando salgo del bar, pero esta vez el aire tenía una sabor distinto, algo había cambiado, un extraño cosquilleo recorría todo mi cuerpo de arriba abajo y en mi interior, muy en el fondo de mí, en ese lugar que está en la mitad de la nada del cuerpo, donde se sienten las cosas buenas y las cosas malas, había algo que no me dejaba tranquilo, algo andaba mal, tenía un presentimiento, uno de esos que asustan y no sabes porqué, entonces apresuré el paso, casi corría tratando de llegar a casa lo antes posible, quería sentirme seguro en el interior de mi hogar, tomar una ducha caliente y acostarme en mi sofá, pero a cada paso, las sombras que proyectaban las luces se alargaba, eran como tentáculos negros que se centraban en mí, tanto que casi podía sentirlas en la piel. 

En un comienzo creí que la imaginación me estaba jugando una mala pasada; la mezcla del ron con otros licores exóticos sumado a todas las series de TV  y libros que había leído, hacían de este momento un coctel perfecto de pánico, rápidamente metí la mano en el bolsillo de mi pantalón con la esperanza de encontrar el antiguo talismán que me había regalado mi abuelo cuando yo era un niño y le temía a la oscuridad, siempre supe que no era mágico, que sólo era un objeto de una forma extraña, pero es increíble la magia que pueden desprender y las cosas que te pueden ayudar a hacer cuando realmente crees en ellos. Busqué incesantemente pero no estaba, hace muchos años que ya no lo llevaba conmigo, un simple recuerdo de mi cuerpo. Ya no era un niño pensé, así que no había por qué temer. Mi mente siguió jugando conmigo y  todo lo que me rodeaba empezó a tornarse oscuro, las sombras  se movían lentamente y las pocas luces que aún quedaban desaparecieron, todo fue oscuridad, frío  y miedo.

Cuando abrí los ojos, una potente luz no me dejaba ver, mis oídos zumbaban, sentía que mi cabeza iba a reventar, de un momento a otro  el silencio era absoluto,  la luz desapareció detrás de un rostro que se acercaba lentamente. Cuando logré enfocar aquel rostro, pude contemplar estrellas en sus ojos; la verdad era perfecta, nunca antes había visto una mujer más hermosa. A mi alrededor todo era blanco, no había nada más, no habían límites; aquel espacio era infinito y ese instante que parecía detenido en el tiempo era perfecto. De nuevo volvió el ruido, la luz que me enceguecía estaba en mi rostro torturándome; el ruido se convirtió en murmullos que fueron tomando forma para convertirse en palabras, palabras que comprendía, que hablaban sobre mí y no podía creer lo que sucedía, ahora todo tiene sentido y comienzo a recordar... Estoy en el quirófano; algo me sucedió, ¿qué? no lo sé a ciencia cierta, veo mi cuerpo, lo veo todo; veo el pasado, me veo en el bar hablando con una mujer que no conozco, que me mira con  ojos de estrellas ofreciéndome una copa y  diciendo entre risas " La verdad no es para tanto, estoy segura que soy mejor en tu imaginación".


Es tarde, estoy en el bar hablando con una desconocida que me mira con ojos de estrellas, me ofrece una copa y pienso: "Hay un error en la matrix".


Por: Jose F. Monsalve





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