lunes, 22 de enero de 2018

VIAJERO



Ilustración de Even Liu
No sé cómo pueden pensar que viajar es uno de los mejores trabajos que hay, llevo demasiado tiempo haciéndolo y eso me ha hecho cuestionar sobre si ésto realmente tiene sentido, de igual manera lo hago, al fin y al cabo, esa es mi función.

Cuando despierto después de un viaje, mi cabeza da vueltas, estoy totalmente desubicado, no sé dónde, ni porqué estoy ahí, los sentidos me juegan una mala pasada y tardo unos segundos en estar consciente de mi entorno (espero que no sea a mí al único que le pasa esto). Como siempre, luego de levantarme, me dirijo al lugar donde normalmente está la libreta, en ella están consignados cuáles son mis deberes, así que los leo detenidamente con el fin de memorizar todo y no pasar nada por alto.

Es 6 de agosto de 1945, en el perchero al lado de la silla está un uniforme, me lavo la cara, me aseo un poco y me visto, antes de salir de aquel lugar me miro al espejo por última vez y noto que la placa que lleva mi nombre "Capitán Robert a. Lewis” está torcida, así que la organizo. Tan pronto salgo, me dirijo al hangar del cual partiremos en un par de horas a una de las misiones más duras que me han encomendado. Cuando finalmente llego a éste, después de un largo trayecto a pie, repasando mentalmente las instrucciones que había leído más temprano, me encuentro con uno de "mis compañeros" el Coronel Paul Warfield Tíbet, quien estaba al lado del B-29 "Enola Gay" - el que había bautizado en honor a su madre- realizando una inspección de rutina, asegurándose que todo estuviera bien. Al otro lado estaba el Mayor Thomas Ferebee, en su rostro se podía observar incertidumbre, duda, sentimientos y emociones encontradas, sin embargo, él sabía que había que seguir las órdenes y que al final, esa era la mejor decisión. También allí cerca, estaba el resto de la tripulación, cada uno con un millón de ideas en la cabeza.

En la base reinaba el silencio, muchos se acercaban a nosotros, nos daban una palmada en la espalda, realmente era reconfortante, yo tenía muy claro cuál era el motivo por el que me encontraba ahí; todo estaba listo para emprender nuestra misión, Paul estaba en su sitio y yo en el mío; Paul seguía el protocolo al pie de la letra, a pesar de conocer de memoria cada uno de los puntos de la lista de chequeo, antes de despegar los leía lenta, claramente y en voz alta. Su voz no me era familiar y sonaba como si en el fondo existiera duda.... al cabo de unos pocos minutos estábamos en el aire, en corto tiempo, todo habría terminado y estaríamos de regreso a casa.

Una luz roja se encendió al interior del avión, todos sabíamos que significaba aquella luz, el mayor Thomas estaba realmente nervioso, “Little Boy" estaba armado y encendido, sólo debía presionar el botón cuando la luz fuera verde. De repente el Coronel Paul informó que estábamos a pocos segundos del objetivo, la mano del Mayor Thomas tenía su mano encima de aquel botón y temblaba, yo sabía que él no iba hacer capaz, así que me acerqué , puse mi mano sobre la suya, lo miré a los ojos y le dije: “No te preocupes, vas a ser un héroe", la luz cambió a verde y presioné su mano contra el botón. Eran las 0806 horas del 6 de agosto de 1945, seguimos nuestro rumbo y justo unos segundos después, una gran explosión y un hongo gigante borraba de la existencia a 70.000 personas. Ya todo estaba hecho tal como lo decía mi libreta en aquel lenguaje extraño que sólo los historiadores del tiempo lográbamos entender. " ... Tienes que hacer que el Mayor Thomas presione el botón, alguien sembró la duda en él, el no realizar esta acción implicaría un cambio dramático en la realidad, creando un punto de divergencia, alterando la carrera espacial y la posibilidad de los hombres de llegar al espacio y establecer contacto".

Estoy de regreso a lo que podría llamar hogar, un término demasiado humano para un lugar que existe por fuera del espacio y del tiempo, en una dimensión fuera del entendimiento de cualquier otra raza, un lugar que debería ser sólo vacío; pero llevo demasiado tiempo interactuando con humanos, habitando sus cuerpos, compartiendo sus emociones, sus sentimientos, su vida y estas cosas de alguna forma se han implantado en mí, algo que no había pasado antes con ninguna de las otras razas que he dominado... ahora me río, soy un ser superior con emociones y con la costumbre de atesorar objetos.

Como lo dije en un comienzo, no me siento bien con lo que hago, interactuar con ellos me ha hecho entender que somos igual o más primitivos y egoístas que ellos, sacrificar más de 200.000 vidas solamente para satisfacer nuestra necesidad de contacto, de conocimiento, de dominio, de sentirnos que podemos interferir cuando así lo queramos en sus vidas, para simplemente divertirnos en nuestro aburrido juego de existir y de recolectar las piezas perdidas y dispersas durante la creación del multiverso.

Nuevamente siento un llamado, un nuevo trabajo, ¿pero qué pasaría si no lo hiciera?, ¿si al despertarme no leyera la libreta y decidiera simplemente tomar mi camino y no interferir?, ¿es acaso eso a lo que ellos se refieren como libre albedrío?. Ahora todo es claro... los humanos son mis marionetas, pero cuando no tienes emociones no lo ves así, ya es distinto y me doy cuenta que de la misma manera que ellos son marionetas, yo soy la marioneta de alguien más… a pesar de esto, atenderé el llamado pero no voy a leer la libreta, no quiero saber que pasará y qué debo hacer, no sé dónde despertaré , ni quién seré, sólo espero poder perdonarme por la última vida que voy a tomar, ya que al invadir ese cuerpo de manera permanente, alguien más dejará de existir... tomaré mi propio camino y viviré, ya no hay vuelta atrás...

Despierto... me toma un tiempo incorporarme, estoy de nuevo en un avión, la libreta está en mis piernas, simplemente la ignoro, miro al rededor y tengo un boleto en mi mano que dice American Airlines vuelo número 11 de Boston a los Ángeles, la fecha es el 11 de Septiembre del 2001, el nombre que aparece en el tiquete es Alan Wade, busco en los recuerdos de este ser y creo que voy de vacaciones... así que nuevamente cierro los ojos y me relajo... unas horas más tarde escucho gritos, un gran alboroto, me despierto exaltado, las personas a mi alrededor lloran, miro el reloj, son las 8:46:00 am, no entiendo qué pasa, veo la libreta, la abro y dice: "...Detén al pasajero de la silla 14D antes de las 8:40:35 am, es un terrorista y si el avión se estrella, matará a la persona que inventa el viaje transdimensional." Ya es tarde... el avión impacta, todo estalla en llamas y yo, no puedo abandonar este cuerpo.



Por: Jose F Monsalve



2 comentarios:

  1. durante todo el relato me senti en una película de ciencia ficción, al final cambiaron drásticamente mis emociones me senti en una triste realidad y entró a.cuestionar... y si realmente es así...? Si la persona q cuenta esta historia es. Un viajero atrapado en este mundo.

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  2. Muy buena historia José!!! Quede atrapada en ella !!!

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